EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

29 de agosto de 2010

Batallas contra la idiocia: Primero, segundo, tercero....Funda mentales.

¡Las cosas como son ... y por su orden!!
Esta perogrullada en el mundo de la salud, es fundamental . Aun con todo, a veces aparecen los típicos "funda mentales": estos que versionan la realidad de la fisiología humana, y la lían parda (un saludo para esa visionaria de la piscina).
A los de mi generación, nos lo explicaba Coco (el monstruo azul delgadito que hacía gallitos al hablar y siempre se presentaba): "Hola amiguitos, soy Coco; hoy os voy a explicar el significado de primero, segundo, tercero..."
Bien, pues al parecer, los "funda mentales" eran más de Triki (el monstruo, azul pero rollizo, que entraba en brote con las galletas... y que dudo mucho, por las migas que dejaba caer, el marrano, que pasase un 20% al estómago... ¿no había guionistas con madre reñidora?) y no han aprendido, ni barruntan esta máxima.
Al lío!!
Primero: Un hombre diabético, insulindependiente, que durante chopocientas visitas, le explicamos varios profesionales (sólo le falta la interconsulta con la señora de la limpieza,) en qué consiste su enfermedad, su dieta, su tratamiento, sus pruebas para medirse el azúcar, su dieta, su ejercicio y "su gestión de la insulina". En resumen, la lección es la siguiente: primero: se mira el azúcar (aquí también hay un orden, pero he tirado la toalla: encender máquina, algodón, pinchazo, gota en tira, esperar resultado con algodón en pinchazo... él hace, pinchazo, encender máquina, repetir gota porque se quedó en la carcasa, esperar resultado y el algodón ¿pa qué?) segundo: se pone la insulina que mande el médico, tercero se come si toca.¿tan complicado es esto? no, verdad?
Pues este funda mental  hace lo siguiente, pese a las correcciones: primero, me miro el azúcar; segundo, si sale alto , voy a hablar con el médico para seguir de baja (uooop!), tercero me doy un paseo para bajar el azúcar, cuarto: me como un bocata con cocacola porque me canso, quinto: la insulina no está ni empezada y se me están garrapiñando las almorranas.
Yo pensaba, que esto era fruto de la necesidad, pos seguir de baja: la ganancia a corto plazo, de las vacaciones financiadas... Empatía sin juicio, como debe ser....
Pero no es único, ayer, sin ir más lejos, topé con otro "funda mental" disfrazado, lease, que no lo parecía; estos, agárrese el lector el refajo y se me siente, son los que te la lían parda con sólo un chasquido de dedos.
Estamos sentados en un restaurante japones (konichiuá), al rededor de un teppanyaki (plancha enorme con comensales alrededor, donde un tipo con paletas metálicas, cuchillos afiladísimos y un pañuelo en la frente, te hace mil cabriolas, mientras te tira un trozo de tortilla al escote con mucho estilo y te pela un langostino tigre con dos cuchillos cebolleros, en lo que tú tardas en dejar los palillos sobre el plato).
Pues el muchacho, se pide un menú de marisco, osea: sopa de marisco, suchi con marisco (langosta, langostinos), atún plancha, vieiras plancha y langostinos tigre. Hasta aquí normal (no se va a pedir el angelito de dios lo que quiera, allá los negros,... y su bolsillo) Como dice mi hermana: "cada uno es cada uno... y tiene sus cadaunadas).
La coña (marinera, of course) fué cuando dejó caer la siguiente frase, como a mitad de la ingesta, cuando el japonés había coronado dos escotes y una boca (bingo!!) con la paleta y las gambas (esa tintorería agradecida): " Se me ha olvidado mi alergia a los langostinos, cariño!!"
En ese instante, se detuvo el tiempo, yo giré la nariz al comensal funda mental, como el resto de mis compañeros, las pupilas se nos dilataron a todos: el japonés de la plancha empezó  a retemblarse de tal modo, que los cuchillos empezaron a hacer un tintineo ellos mismos, sin botes ni movimientos superchupis de karatekid. Ahí proyectó la segunda frase: "y se me ha olvidado antes tomar la pastilla de la alergia".
...Las neuronas se me despertaron: Cacé a otro "funda mental",o "triki fan" (el desarrollo en la infancia es básico para entender el comportamiento adulto). Explico por qué, por si hay algún lector neófito en esto de la supervivencia. Una reacción alérgica, es inesperada y peligrosa. Puede llegar a causar la muerte, si se cierra la glotis (garganta) del todo o tus pulmones optan por "asmatizarse" salvajemente, los joíos.Es bueno familirizarse, en caso de ser alérgico a algo, con el "shock anafiláctico": feo palabro que te puede llegar a suceder... Si eres alérgico al langostino, con oler un pelo, te puede dar el chungo, aunque nunca antes te haya pasado. La pastilla de la alergia, se toma para aplacar los síntomas más banales (prevenir, sólo previene la vacuna de la alergia, si la hay) y, lo más importante: APARTARSE DEL AGENTE CAUSAL. Osea: langostino caca, langostino no!!!
El muchacho barruntó esta secuencia: Primero, me voy tan pincho al teppanyaki, juás!!. Segundo: me inflo (literalmente) a gambas y langostinos. Tercero: dejo caer que soy alérgico a los langostinos y que no llevo pastillas para la alergia....
Sucesión de hechos concatenados como respuesta a todo esto: Primero: Japonés con la cara pasmada sobre la plancha (no va a haber pomada en el mundo que arregle eso), cinco llamadas al 112. Dos uvismóviles en la puerta del restaurante, con 8 hombres de Harrelson (así es como llamamos cariñosamente a estos servicios de emergencias, por su atuendo y aparataje). Tres atragantados por tortilla , arroz, etc al oir al elemento.
Dos médicos que por ahí andaban, con bolis bic en la mano, para hacer la traqueotomía de emergencia protocolaria, al idiota. Yo con el cuerpo en tierra (menos mal que los japoneses son limpios y solo había en el suelo, cuatro trozos de tortilla que no habían acertado en los escotes) y el "funda mental" agarrándose en la silla, giñado por todo lo que sucedía a su alrededor....
¿ustedes creen que habrá aprendido la lección para la próxima? me apuesto el otoscopio a que para la próxima, se toma la pastilla, antes de templarse a gambas...
¿por qué? porque "de donde no hay, no se puede sacar...y además es imposible"
como diría Coco, gran maestro: hasta otra, amiguitos!!!!
...se lo perdieron...

26 de agosto de 2010

Anecdotario del consultorio: Mari Chaperones

  Era una asfixiante tarde de agosto, en una pequeña consulta de enfermería de un centro de salud, de una pequeña capital de una provincia pequeña.
  Había terminado ya de atender a todos mis pacientes y estaba recogiendo papeles, ordenando clips, rompiendo dibujitos... en fin, todas estas cosas imprescindibles y gratificantes que hacen que tu trabajo sea único e inconmensurable.
Definiendo escuetamente el contexto en el que estaba: Agostante calma chicha.
  Desde el marco de la puerta asoma un cuerpín casi sensual, por dar cierto interés al tema. Era una mujer, con un moldeado estático (de esos que duran un mes, bajo cualquier circunstancia). Sombra de ojos rosita, pintura de labios rojita, que como quien no quiere la cosa, se ha extendido sinuosamente hacia los dos incisivos superiores, quedando ahí bellamente alojado: Picasso en estado puro.... o Almodovar en estado ambiguo, sírvase el amable lector. Blusa blanca con bordado en crema junto a los botones, abiertos lo suficiente como para dejar ver una medalla de oro (del bueno, por favor) con el nombre de su costilla. Falda color crema, con vuelito abajo, que marca sus generosas caderas y no deja ver las rodillas... no podía ser de otro modo: Estéticamente, es una paciente tipo "todoensusitio" o "modosita" .
  Si hay entre los lectores, algún servidor del Estado, o que trabajen de cara al público, probablemente, conozcan bien a este tipo de sujetas (triste y usualmente, son del género femenino). Los que todavía no las tengan identificadas,  ¡mucho cuidado!: con una probabilidad del 99%, le van a romper los esquemas, al menos una vez por cada cuarto de hora. De nada vale poner cara de poker, o jugar mientras tanto al solitario, o atender una llamada ficticia. Desde el mismo momento que deja caer su sombra de ojos sobre alguien, instantáneamente, sin saberlo, ni usted, ni siquiera ella, se convierte en presa de sus devaneos mentales y orales (de orar/hablar).
  Su discurso u oratoria (de hablar) es como una retahíla. Es el manido "blablabla" que si no se invierten muchas neuronas se convierte en mantra turbador, que con la chicharrina que hacía ayer, podía llevarme a un estado de semicoma o letargo irreversible.

Así que, rompiendo con lo que hubiera sido más inteligente (darle voleta sin escucharla, "modelo de atención autómata"), intenté hacer una "escucha activa" e incluso osé empatizar con ella, craso error!
Transcribo pues la retahíla oral (verbal) de la "tipa", que comenzó, como dije ates, en el quicio de mi puerta, se acercó hasta apoltronarse en una de las sillas de la consulta y concluyó en el ascensor hasta donde conseguí trasladarla:
  "Buenas tardes, ayyy!, ¿está libre?, no?, bien, estoy fatal, mire usted, me encuentro mareada, por aquí (señalándose el cogote) y por aquí (señalándose la frente), ¿me podría tomar la tensión para este mareo que me va a matar? es que estoy fatal y me conozco el cuerpo muy bien"- a estas alturas, yacía ella sobre el asiento, como la maja vestida y yo, había dejado los papeles caer sobre el escritorio, con la guardia baja, y dos pestañeos por minuto: me había echado el lazo!!
La pregunta empática fué mi segundo error (el primero fué estar ahí en ese momento): "cuénteme, en qué puedo ayudarle", lo sé, lo sé, ya he pedido vez para el psiquiatra, pero me vino ese impulso, es como cuando le dices a un niño, no toques esa tabla, e irremediablemente, ellos alargan la manita para asirla, por instinto.
"Es que tengo una "disgregación de líquidos" que hacen que me suba el potasio en el cuerpo; yo lo se, porque me conozco bien el cuerpo, y cuando me entran los nervios, por mis problemas, que el médico me conoce bien, desde hace veinte años, se me disgregan, con el potasio que se dispara y me sube la tensión , que me sube hasta 17 con varios puntos, no se crea; me noto caliente y sudorosa, pero sin fiebre (36 puntos en el termómetro).Fuí a la farmacia y a urgencias, que me hicieron análisis, y no me encontraron nada, pero yo me conozco el cuerpo y se que se me ponen esos nervios dentro, que me disgregan los líquidos, igual si me "habrían " hecho una radiografía o algo, por mis problemas, que los tengo y muchos, ayy! Me da la sed y bebo agua, pero me dan ardores, se me pone ahí (señalando la medalla) una flema, que me ahoga y me da asco y me revuelve el estómago, por la disgregación. Me dió la chica que estaba por mi médico (nótese la posesión y la denostación a la sustituta del médico) una pastillita azulita chiquinina para los nervios, pero ya sabía yo que no me iba a ir bien, así que me las he dejado todas (todas las pastillas que tomaba, que no eran pocas), con el agua no puedo, por la flema, le echaba antes limón o naranja, pero ya no...."
Y aquí llega mi tercer error, yo creo que a estas alturas, era yo presa de un flash esquizoide, fruto del entrampamiento conversacional de la ínclita: "¿por qué no puede echar unas gotas de zumo a el agua?"
"Es que, tengo una amiga (mentira, es científicamente imposible que un ser así conserve alguna amiga , a no ser que sea peor que ella), que sabe de estas cosas de médicos (click!) y me dijo que el zumo de las naranjas es malo (vaya por Dios) y que el de limón es peor todavía (ahí le has dao!) ¿usted qué opina de poner un poco en el agua?"
Y ahí, ya estaba yo como una olla a presión pitando en el rojo : "Pues mire, yo le iba a dar cita con su médico (animalico) para mañana; pero veo que usted, prefiere los sabios consejos de su amiga, porque, por supuesto, es mejor hacer caso a una amiga que es "aficionada a los médicos" (habemus muchas) que a un tipo cruel, que ha dedicado cinco años de su vida a ir a una universidad, al menos dos a hacer unas prácticas, y unos treinta a ejercer desde una consulta, dónde va a parar!; así que, si le parece (nótese la empatía), pida vez para su amiga (nótese la ironía) a ver qué opina ella "
Esa fué la última frase que intercambiamos, la espita cayó, justo cuando veía como se perdía el vuelo de su falda por la rendija del ascensor.
Y esta el la historia de Mari Chaperones, cruel y descarnada, como la vida misma. Aprendí lo que es una disgregación de líquidos, fiummm, fiummm, un escape de potasio, ploc, ploc y un trasvase de unos nervios paciente-enfermera con explosión acompañada (sorry) y fuga de esta última (por la gloria de Hipócrates).