EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

27 de agosto de 2011

Una receta: Pimientos rellenos a "la aparicio"

Esta receta, la cuelgo a petición de mi hermano, para mi querida Pilar Loma-Osorio.
 Me la dió compañera y sin embargo amiga Sonia Aparicio, que aparte de ser una magnífica enfermera, es una estupenda cocinera y desde los "Esparatrapos" le mando un besote enorme (coña!! como si estuviera en un "pograma de la tele"). Ahí va...


Ingredientes:

  • Pimientos del piquillo enteros,en conserva (yo utilizo los de Viuda de Cayo de Mendavia, aunque aquí, en Tricio, hacen unos increíbles, que también sirven: pimientos najeranos!!). Compro cuatro botes, los cocino todos y después los congelo, y voy sacando en tandas)
  • 250 grs de carne picada, mitad cerdo y mitad ternera.
  • 1 huevo
  • ajo
  • perejil
  • cebolla
  • pan rallado
  • leche
  • harina
  • jamón serrano
  • opcional: aceitunas, huevo duro.

Preparación:

Se prepara un majado de ajo y perejil (si se desea, añadimos la aceituna y el huevo duro, muy picados).
Se mezclan la carne picada,el huevo, el pan rallado mojado con un poco de leche y se una a lo majado, hasta hacer una masa (igual que para albóndigas).
En una sartén, pochamos la cebolla rallada menuda, a fuego medio, y cuando está transparente añadimos la mezcla anterior. Una vez que está hecha se reserva.
Hacemos una besamel espesa con harina y leche y le añadimos jamón serrano muy picado. Añadimos esta besamel al relleno anterior, y lo dejamos enfriar. Esto es muy importante, porque los pimientos se rellenan mejor con la masa fría.
Rellenamos los pimientos; mi consejo es que no los llenemos enteros, que pongamos un poco: dependiendo del tamaño del fruto, con una cucharada sopera, sobra. Si se rellena demasiado, luego al freír, se sale todo el relleno.      
Rebozamos los pimientos con harina y huevo, y los vamos friendo en aceite, a fuego fuerte. Se van reservando en un plato con papel absorvente, para que pierdan el excedente de aceite.
Preparamos la salsa: Con el aceite limpio del rebozado, echamos un poco de cebolla picada y un pimiento picado, una cucharada de harina para espesar. Para que esta salsa quede más fina, además de batirla, justo antes de servir, se le puede añadir un poco de nata líquida.
A la hora de servir, yo presento por separado los pimientos y la salsa, ya que hay personas, que prefieren los pimientos sin salsa, como en los bares. También de este modo, se pueden congelar parte de los pimientos.
Es una receta trabajosa, pero muy "agradecida" porque es exquisita.Yo la preparo para comidas multitudinarias. Espero que os guste!!

24 de agosto de 2011

Estragos bajo el sol

Ayer fué uno de esos días, en los que piensas que todo marcha como has previsto. Estás en casa, haciendo cosillas, trajinado de allá para acá, los niños jugando y haciendo manuladidades.... ¡opla! ¡Ahí le has dao! Pero ayer, a mí, se me escapó esa alerta...
Había hecho la comida -de la cual queda constancia, porque Ángel me grabó todo el proceso con su cámara, por cierto, que piensa mandarla a los canales de la tele para hacer un programa de cocina, y sacar él dinero para comprarse una casa y un garaje... yo cocinaré la comida, papá la cena, y él nos grabará.... bueno, que como se cansa, dejará la cámara sobre la mesa que grabe sola, luego él bailará un espectáculo- había hecho la comida, decía, ya habíamos terminado el espectáculo, y estaba yá comiendo, pensando en cómo me había cundido la mañana, que sólo me faltaba ducharme e ir al curro, cuando....
"- MAMAAAAA, TIENES QUE VER LO QUE HA HECHO INÉS CON LAS TIJERAS"- barrító Angel en mi oído.
"- Nooooo, mamáaaaa, no vengaaaaassssss"- susurró con voz queda Inés desde el fondo de su cuevita (su dormitorio).
Aquí ya, mi experiencia maternal, se funden con el hecho lógico y un incipiente sentimiento de pavor y alarma; tiré el tenedor sobre la mesa de la cocina y en dos zancadas me planté frente a Inés.
La pequeña estaba acurrucada en medio de su cuarto, arrebatadoramente linda, pero en la mirada había sorpresa y algo de culpa. Con sus manitas tapaba con una sabanita una caja de cartón. Pensé : "qué mona! jugando a las muñecas!", a la vez, percibí que la carita estaba más despejada de lo normal, y le formulé la típica pregunta: "cariño ¿qué estás haciendo?", "nada", respondió rápida en un hilo de voz, con los labios fruncidos,.... ya la alarma mental resonaba con fuerza en mis sienes.
Entonces ví que la sabanita no tenía muñeco debajo... "cariño, levanta la sabanita", musité conteniendo el aliento,.... y mi princesita obediente, con los ojitos de carnero degollado, la levantó........
Ahí estaban,los ricitos yacían recostados en esa camita de cartón, un poco más allá, la tijera permanecía cruelmente abandonada sobre el suelo: ya había terminado su trabajo.
Mi princesa, al verme el gesto impactado, comenzó a gimplar, y llorando me dijo: "es que tenía calor"...
Acto seguido, se desataron una serie de acontecimientos lógicos: niña al baño para valorar estado de la cabellera, madre que reconoce su incapacidad para arreglar eso, llamada telefónica a peluquería, llamada telefónica a compañera de trabajo, a la vez viste niña, viste madre e instrucciones verbales a Ángel, a la par que le sirves un plato de arroz (que todavía no se cómo no le serví un plato de bragas de niña y le puse el arroz a Inés en el culo, del estrés que tenía). Baja escaleras al galope y vete a la peluquería a "desfacer el entuerto".
El entuerto se desfizo, nuestro queridísimo Juanjo (mi princesa de mayor quiere ser ayudante suya, cuando no pueda explorar o hacer de bombera), le arregó la cabecita y ahora luce un gracioso corte que realza su belleza.
Creo que tiene claro dos cosas: que las tijeras sirven para cortar papeles que se puedan cortar y que su pelo sólo lo corta Juanjo.
Saludos agostados, amigos!!!
aquí, las pruebas...