EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

13 de diciembre de 2011

Míra_me: Diferéncia_te

“Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada.”
Antoine de Saint-Exupery
Qué fácil resulta mirar a alguien a los ojos, pero qué miedo nos da hacerlo… Una mirada de verdad nos desnuda, nos deja indefensos, nos pone al mismo nivel que nuestro interlocutor, pero nos acerca de verdad a la persona que tenemos frente a nosotros… ¿Estás dispuesto a afrontar este reto? Diferénciate y mírame a los ojos.
Ayer, roneando por el twitter, ví que había cierto revoloteo alrededor de esta iniciativa: Mírame,a la que me adherí naturalmente. Habla de recuperar las miradas, la humanización, ese calor.
Hoy he leído alguna voz ligeramente discordante en La enfermería frente al espejo alegando , entre otras cosas, que la enfermera, casi por definición, mira a su paciente, es cuasi más humana que científica , osea, la divina enfermera. Perdonen la ironía, sólo quiero dar color al asunto; ciertamente, la entrada era muy buena, estaba muy bien argumentada y no dejaba ni una coma al azar, con muchos párrafos geniales: todavía hoy reconozco por algún despacho a esas grandes mujeres del siglo pasado "las guerreras del género", las abnegadas y solícitas también, "semos complicadars", endevé!
El caso es que, mirándome hacia dentro, revisando mi quehacer profesional, lo primero que me viene a la cabeza, es que entre mi paciente y yo, en mi consulta, hay una mesa blanca de un metro, y una pantalla entre ambos  y un programa lento con el que bregar. Señores, señoras, esta enfermera pecadora, hubo un tiempo que no miró a sus pacientes a los ojos.
Cierto es, que nunca verbalizaron desacuerdo con que no les mirase, ambos echábamos la culpa al "cacharro del demonio", pero eso, como profesional que soy  (aquí procede unos palmetazos dignos en el pecho, estilo-folclórica), no me exime de culpa. Dejé de mirar a mis pacientes, esto es, que perdí muchísima calidad en la atención.
Tengo el problema medio corregido: un papel en la mesa, para escribir de corrido, la pantalla más ladeada y he puesto un taburete en el lateral de la mesa, para acercarme más cuando proceda, intento prestar más atención a lo que me dicen verbal y no verbalmente, y para eso, es fundamental "echar un ojo". Y creo que es importante, que se sientan "bien mirados"
Esto no quita, para que no me pueda reforzar con ciencia y evidencia: "lo cortés no quita lo valiente" y así seré ya mejor que la mismísima Isabel de Hungría.
Por esto, me parece buenísima la iniciativa, y mi propósito de futuro es este: no dejar un sólo paciente sin mirar y no olvidarlo.

12 de diciembre de 2011

Para mi pequeña uva del alma.

Mi pequeña uva del alma, mi querida isleña de cabellos de oro, mi amiga Sandra ha cumplido cuarenta.
La última uvita del más exquisito racimo de la inefable cosecha del 71: la mujer más hermosa con la que he tenido el gusto de vivir tantas y tantas aventuras.
Mi Sandri, que cada vez que viene de su tierra de adopción, regala tanto amor: ese cuerpazo que se viene sobre tí, sonriendo imponente, con esos ojazos como el mar y la gran sonrisa, y enormemente alegre, ..., se viene sobre tí con los brazos abiertos,entregada,y es cuando vaticinas lo que va a pasar:  el abrazo cálido, sincero, fuerte como ella que te llena de energía: "el abrazo de Sandra". Luego, al oído, con voz quebrada, que no sabes ni cómo le sale de la garganta (por la emoción), te dice: "cariñoo, ya estoy aquiii!" y al cabo del tiempo, termina el abrazo y le ves la carita linda, preciosa,  menos los ojos, porque se han llenado de lágrimas todos.
Y así cada navidad, cada vez que nos vemos;cada vez espero ese abrazo, como si fuera nuestra primera vez , cuando volvió de su Palma tras casarse con ese moreno de sonrisa dulce.
Y antes de eso, muchas, muchas vivencias juntas, tantas, y siembre mi pequeña uva, me ha regalado tanto cariño, tantas sonrisas y alguna lágrima ( es que mi uvita se me emociona toda enseguida, seguro que ahora anda con el clínex a moco tendido).
Recuerdo a mi niña, en el Adarraga, nuestro primer partido, con ocho añitos y dos coletas rubias, corriendo juntas, y su sonrisa enorme. Muchos recuerdos banda arriba y banda abajo, mucha defensa, mucho rebote y mucha "indi", mucho reverso, pivote y bloqueo; mucho partido de sábado, partido después contra los chicos, y luego , para rematar, a robar manzanas por las calles de Logroño, para reponer, con Patricia, Blanquita... no doy más pistas (no olvido las Gaunas, no).
Recuerdo el tute de teléfono en Badajoz, las risas, el castigo del "boss",... los líos de pantalones, jajaja, los líos de pantalones; nunca le faltaban a mi pequeña uva, cuando era todavía más pequeña y la de recuerdos que nos ha regalado al racimo a cuenta de ello, mi amiga genial, humilde, diciendo siempre, bah! no era para tanto, y de nuevo ronda de carcajadas; todavía hoy se oye, ya bajito: "cómo liga la asquerosa!!" (cuidadín, que es un asquerosa dicho cariñosamente,y que hay que tener el título de uva para mencionarlo).
Tengo más recuerdos, muchos más, pero me los quedo para nosotras, por nosotras, nuestra intimidad y nuestro cariño... esos los dejaremos para la mitad de siglo, si me lo permites: Los estilismos de pelos, de zapatillas, la maternidad, las fiestas,el corto de cerveza que nos bebíamos todas.... son tantas cosas.
Mi Sandra es el broche que cierra esta camada de cachorras, la del 71, es el humor irónico, es la mujer hecha y derecha, templada, madura. Mi Sandra es la palabra cariñosa, el beso de verdad, la amistad incondicional. La sensación esa que tienes, cuando estás gozando de la mejor compañía y el tiempo parece correr ,como cuando eres niña. Mi Sandra es "San Mateos", la "Cabalgata" y el "roncito a medias", todo mezclado (no agitado). Es el cantar abrazadas, a voz en grito, "en algún lugar de un gran país...." y verla llorar feliz. Y no lloraba por lo mal que canta, que mi uvita no es perfecta, llorábamos las demás porque nos han costado muchas "perras" en el "otorrino", pero lo asumimos, son "gajes del racimo".
Gracias pequeña uva, gracias porque sé que siempre estás, aunque sea lejos, empática como tú sola, y que vives siempre con cada una de nosotras.

Gracias, pequeña uva del alma: Sandra, que te quiero!!