EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

17 de agosto de 2012

Un paciente: un twitt! Dame un silbidito

Ayer volví de mi descanso vacacional. Y ya desde la primera criatura a la que atendí, empecé a sacarme tweets de la cabeza.
No twiteé ninguno, no por la manida "falta de tiempo" porque publicar un twitt cuesta "cero coma": mientras bajas a llevar un papel a los administrativos, o lo que tardas en avisar a alguien de algo, un pedete, vamos. Pero es que alguien que sabe mucho de esto (y es verdad, doy fe) me dijo que escribir en redes sociales puede ser causa de despido, y queridos lectores, como que no está el horno pa muchos bollos.
Desde aquí, vuelvo a lanzar la caña, a aquellos compañeros que trabajan en los despachos, con los papeles y los teléfonos, a que se planteen abrir ventanas virtuales en las consultas y plantas, que es un estupendo modo de visibilizar la profesión sanitaria y por extensión, el ente donde "nos enguantamos" cada jornada, tanto con nuestros pacientes, como con nuestros colegas.
Bueno, el caso, es que como la agenda estaba petada de criaturas (pacientes) pues me hubiera dado para una pila de tweets, de silbiditos.
Y me he dado cuenta, que de los silbiditos también se aprende, por cortos que sean, se aprende de ingenio, se aprende de emociones, de situaciones similares, de dar respuesta rápida, de reflexión.
Yo creía que los silbiditos se iban con el viento, volando a "Silbilandia" y que su valor era meramente "embellecedor". Así que me he llevado una grata sorpresa con los del twitter.
Y pensé lo que he vislumbrado antes: cuanto nos enriquecería a los trabajadores del cuidado, y del orbe sanitario, silbarnos las impresiones sobre/de/acerca/por y para nuestras criaturas (pacientes/usuarios...). Esto es "empowerment" puro y duro, estilo casero, ¿no?
Ahora sí, respetando el manejo de datos personales y el extremo y pulcro cuidado de la confidencialidad y el secreto profesional.
¿qué os parece? ¿le pedimos a los jefes poder "dar silbiditos"?

3 de agosto de 2012

Psicogorjeos: de Perfil Calimero a Perfil Cisneador

Decía el compañero @RafaelTimermans en Twitter, que está cansado de tanto Calimero.
Y me ha hecho reflexionar...

Lo primero es definir ese "Perfil Calimero": son esas personas, que creen que sólo les vienen las desgracias y males del mundo a ellos, que no saben qué han hecho para merecer tamañas penas, que esas "terribilidades" son menos terribles si no se comparten con la primera víctima que se topen, y que hay que vivirlas con la mayor intensidad posible (y revivirlas, y revivirlas, y revivirlas...), dando igual el receptor y el contexto comunicacional.
No aprenden de sus desgracias, se alimentan y viven de ellas, las hacen grandes y gordas, para seguir remozándose más a gusto en ellas.
¿Y qué sentido tiene este comportamiento calimero? puede que crean, que dando lástima a otros, a modo "doliente", esos otros se apiaden de ellos y los protejan bajo su ala (los perfiles gallina son básicos para los perfiles calimero): a esto se le llama chantaje emocional , puro y duro. Es una manera facilona de manipular para hacer amiguitos y hacerse querer rápido; pero como dice un viejo amigo mío: "lo poco gusta y lo mucho cansa", así que al final, los calimeros salen escaldados de un gran picotazo gallino; claro que esto sólo sirve para alimentar más ese perfil, que ha recibido de esta manera otro traspiés en la vida, él que nada hizo, que no entiende cómo la vida se ensaña así con él, buaaaa!! (note el lector, que el perfil calimero aquí, está ya echando el anzuelo en busca de oreja que lo escuche, de ala que lo cubra, etc)
El Calimero aparenta inocencia, y de eso nada, el calimero es un profesional emocional, que usa el dolor en su propio beneficio,... y esto no es tan malo, sólo que no hay quid pro quo: le importa un bledo su interlocutor, solo quiere recibir halagos, cariños, amores unidireccionales, nada más.
¿y cómo debemos comportarnos con los calimeros? pues hay muchas maneras, se les puede ignorar, se puede alejar lo más posible uno de ellos (como con los idiotas), se les puede destapar el juego, a ver qué pasa.... aunque yo creo en que la mejor solución es esta: al calimero hay que descalimerizarlo.
El Calimero ha de saber que hay más recursos sociales, que hay más perspectivas y más colores. El calimero debe hacerse valer por él mismo,hay que empoderarlo, hay que sacarle la chicha.
Los que trabajamos en esto de la salud nos topamos en consulta con muchos calimeros; tengo compañeros que directamente los identifican y les pierden la fe (modo Pedro y el lobo activado) y entonces se entabla ese devaneo de "le voy a hacer caso, a ver si va a ser verdad al final", con el tremendo gasto mental y económico que ello acarrea.
Al calimero hay que trabajárselo, buscar por lo jondo, ver qué le lleva a calimerizarse, hacerle ver er camino del éxito, que se quite el medio cascarón para que se le vea la coronilla y que curve su pico y muestre una sonrisa.
El calimero se tiene que cisnear, en resumen, lo tenemos que cisnear.
 Los pollos negros medio tapaos no molan, los cisnes imponentes sí, todo el mundo lo sabe. Y llorando, no se hace uno cisne.
Así que, si usted es un poco calimero, enjugue esas lágrimas, cósase sus vestiduras, suénese los mocos, levante el cuello y la cabeza (mande a freír monas su cascarón) y muestre orgullosa su testa coronada, su plumaje y déjenos ver su porte en el lago.
Usted no necesita ser un pollo, porque usted es un cisne. Tatúese esto en su cerebro, por favor (y por estribor, of course).