EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

16 de diciembre de 2012

Navidad esparterita: bricoBelén

Introducción:
La navidad, esa época donde los ayuntamientos se gastan un potosí en electricidad y echan la culpa a los comercios, donde casi-todos somos un pelín más amables, donde los niños se ponen como motos, desde el puente de la constitución hasta el día de Reyes, así a grandes rasgos.
Los pacientes reconocéis la navidad, porque hay menos personal sanitario para atenderos: todos nos cogemos los últimos moscosos que nos quedan, en estas fechas; los trabajadores de la salud, los reconocíamos, porque nuestros emolumentos crecían un poco más, gracias a la paga extra: requiescat in pace. Ahora ya nos guían las luces de la calle y el aumento de procesos digestivos.
En nuestro centro de salud, consideramos necesario, demostrar el "hecho navideño" de algún modo anexo, con un presupuesto exiguo, rayando el cero pelotero.
Hace un par de días, mi muy querida compañera Inma y servidora, cogimos cuatro cosillas y comenzamos a pertrechar la decoración navideña.

Materiales y métodos:
Al acabar con la labor asistecial, hicimos de tripas corazón y nos confinamos en mi consulta, concretamente, frente a la camilla. Utilizamos cuatro depresores (sin usar, esto generó una pequeña discusión), un belvand mediano (sobró más de medio, que somos enfermeras viejas), una mascarilla de la época del boom de la gripe A, una sabanilla de papel, un protector de tóner,el envoltorio del belvand, unas gotitas de furacín líquido, dos milímetros de aquacel ag, una seda (caducada) de 1 cero, edding azul, boli rojo, boli negro, betadine, un bastoncillo de algodón, esparadrapo de tela y esparadrapo de papel, ambos de 2,5 cm de ancho.
También usamos los cerebros (por favor, no me hagáis ponerme a buscar los lóbulos empleados),los ojos (los cuatro, dos cada una: aquí tengo que decir, que mi Inma los tiene magníficos), las bocas para hablar (lógicamente, todo el aparato fonador) y los dedos de las manos (los de los piés, no me dejó la compañera).
Para evitar sesgos y demás errores, a veces venía a controlar la correcta elaboración, Fernando, ese peaso médico con un look "Santa Klauss style", aunque le falta la panza generosa, sí que se está afanando con el hirsutismo facial, pese a mis arduas recomendaciones. En esto, queridos, no consigo que me haga caso, pardiez!.

Conclusiones:
En un tiempo record, que queda claro por el resultado final, unos 45 minutos, conseguimos hacer un portal de Belén, tridimensional y bastante coqueto, con su firgen, su jezú, su san José (pese a empeñarse alguna en llamarle San Pedro, pedazo de hereje), un espíritu santo rescondido, la cunita de jezú, y un buey y una mula simbólicos difuminados tras la firgen. Ah, y la buena estrella, que nos guía, como la Gordon con sus patrones.
Con esto, os queremos transmitir, que "yes we can" pese a estos tiempos que corren, que esto no es incompatible con la gran Cena Negra del viernes, y  además....
.Al más puro estilo televisivo, queridos lectores:
Las enfermeras del Centro de Salud Espartero: esparteritas  les desean Feliz Navidad y porrompompero!!
porque la prosperidad es más lío, jorl!!

Belén superviviente
elaborado manualmiente



12 de diciembre de 2012

Mírame: Diferénciate

¡Today is the day!
Es el día que cumple años la propuesta "Mírame:diferénciate", y lo celebramos. Se pretendía calar en los profesionales, humanizarnos, sensibilizarnos con la gente que tenemos cerca.
Un año caminando miradas

Yo, personalmente, me propuse no dejar sin mirar a un sólo paciente/familia/etc :perzuna/h humana/h" que se me acercase a la consulta o domicilio.
Y no es que haya cumplido, es que no os podéis hacer una idea de todo lo que he ganado, tanto a nivel profesional, ensalzando al máximo la relación enfermera-paciente (enfermera-"perzuna humana"), como personal: me he bebido un montón de miradas. Y detrás de cada mirada, hay una experiencia, un relato de vida, que en mayor o menor medida, en un sentido o en otro, me han ayudado a construirme y de-construirme un poco más.
Mi siguiente objetivo, fue que mis pacientes (dicho desde el cariño y no desde la posesión) saliesen de los encuentros que teníamos, si no con una sonrisa, al menos, un poquito reconfortados.
 Y por ahí van los tiros ahora; gracias a este tsunami emocional del "mírame", seguimos recordando en torno a qué gira todo nuestro quehacer, nuestro centro de gravedad, que no es el ordenador, ni la nómina, ni los derechos o el reconocimiento: eso es parafernalia, myu necesaria, sí y que no es excluyente, pero nuestra base, nuestra esencia es el "cuidado a las personas": "ezoh oho negro!"
De este año, voy a destacar, así a vuela pluma, dos experiencias que me han quedado más marcadas. Recuerdo, y no pongo referencia por falta de tiempo, mis disculpas: una enfermera escribía una experiencia con un alumno que tuvo, respecto a algún paciente, dándole un beso al llegar y al marchar: un ritual que parecía prohibido. Pues queridos, gracias a ese comentario, aparte de rogar por tener un alumno que me enseñe, me he hinchao a dar besos, abrazos, a coger manos, etc, sin tener el mínimo reparo. Gracias a esa enfermera por contar su experiencia porque me ha hecho enriquecer de nuevo la relación con ellos, a acercarla, y todo eso, redunda en nuestra salud.
Y la otra experiencia, más personal. Este año, ha sido el último en atender, en su casa y en la consulta, a una anciana, gran anciana, con un alzheimer en fase infinita y a su hija. Nos hemos mirado mucho, a su hija primero, por eso del cuidado al cuidador y a ella también. Me ha pellizcado el corazón, esa mirada feliz, esas manitas delgadas que jugaban con unas muñequitas ajadas por el tiempo, esos párpados plácidos cuando le devenía el sueño.
Se nos fué, Isi, así quieta, sin hacer ruido, esperando la última caricia de su hija, a la que desde aquí, le doy mucha fuerza, un gran abrazo de osa y un beso con ruido. Y me quedo con esa sonrisa infantil que me dedicaba antes, durante y después de los cuidados. Esa sonrisa sin dientes, esa sonrisa con la mirada.
Y seguimos , no?