EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

16 de junio de 2015

La espera....


 Se sentía un poco como una niña pequeña, que parece que para ella el tiempo no corre, más bien se arrastra torpe y medio atascado. Cada vez que consultaba el reloj de muñeca, la aguja larga le miraba desafiante, exactamente desde la misma posición que la vez anterior, como susurrando: "por más que me consultes no voy a ir más rápido, querida". Y ese dolor...ahí sigue, no se va ni bien ni mal, como un run-run todo el día, el puñetero, inmune a cada tratamiento, a cada remedio, un día, y otro, y otro...con cada una de sus noches...Señor mío... Se abrió la puerta y salió ella, con la mirada fija en el papel apaisado, el bolígrafo tachando, un nombre, otro nombre, otro más y por fín el suyo. Esbozó media sonrisa, tenía cuatro delante. Si ella hubiera apartado la vista un segundo del folio y hubieran cruzado la mirada, seguro que ´hubiera escalado un par de puestos más...¡maldito papel traidor! "El próximo día me traigo un libro o algo, o dejo que el hijo me encadene con el teléfono ese enorme que está empeñado en comprar, que me ponga los dibujos esos raros y así me entretengo" ¡Qué dolor!

12 de junio de 2015

Empodérate y anda...

Decíamos ayer.... vaaleee, que tenía este blog abandonado, de acuerdo, venga, al lío... Nos "jartamos" de decir que queremos a los pacientes/usuarios bien empoderados, más que nada por egoísmo puro: un paciente empoderado es un paciente autónomo, que de vez en cuando, vendrá a consulta a reforzar su empoderamiento, que le hagamos seguimiento o "cuchin", que no es hacer cuchi-cuchi, si no hacer "coaching", que no deja de ser apoyo y motivación, y que el señorico vaya por el mejor camino posible y todo eso.... Peeero... cuando llega un mozo o moza haciendo preguntas, nos ponemos tiesos como velas, envaraos,rígidos tetánicos, y pensamos: "madre, qué miedo, este tío/a me está examinando y va a ver que no lo se todo" y nos empezamos a remover dentro de nuestros uniformes, inquietos, y nos empieza a sudar hasta el esparadrapo, "Coña, me ha tocado el tocapelotas de turno"... Pues, como diría aquella: "¡tocapelotas a mi!"... Es mil veces mejor un paciente que pregunta, curioso, que quiere saber, que tiene "disposición para...." que uno que se deja llevar a merced de nuestros designios sin querer saber, porque puede que tengamos en los morros un problema depresivo o de otra índole similar. Para empezar, cuando preguntamos, tenemos la confianza para hacerlo, fortaleciendo la relación enfermera-paciente. Provoca que nos pongamos al día, con el "modo humildad" activado: Hace un par de semanas, di una charla, a unos pitufos de segundo de primaria, y cuando enarbolaba orgullosa mi estandarte enfermero, como la Gordon (DEP)explicando todo lo que podíamos hacer las enfermeras, un chaval levanta la mano y me pregunta: "-¿Y tú sabes transplantar un corazón?" Reconozco que pasó un rato hasta que mi cerebro volvió a conectar con mi boca y atisbé a responder: "-Pues no, pero seguro que en Twiter conozco a alguien, que conoce a alguien que transplanta corazones a cascoporro" (por favor, transplantadores de corazones, haceisus visibles....) ¡Y todos tan contentos! Y os juro por las puntillas de la Nightingale que sigo igual, que no me tiembla el fonendo, ni se me han caído los mitos (tranquilo J.M. Petit), todo continúa igual, misma agenda, mismas demandas, todos contentos....No lo se todo, y los pacientes lo saben,¡y no les importa! Un paciente que pregunta (un paciente "empoderable") te da, enfermera, la confianza suficiente para volcar sus dudas contigo... eso refuerza vuestra relación sí o sí. No pasa nada por activar el modo humildad, decir que no sabemos, y sacar la carta brillante de la chistera. Esa que te hace respirar hasta por las costuras y decir con donaire: "pero sé quien lo sabe". Nosotras, como profesión híbrida por excelencia, sabemos dónde buscar respuestas (si las hay). De siempre, nos ha perseguido ese rol maternal,¡coña! pues para algo bueno que tiene, que es el de encontrarlo todo, vamos a aprovecharlo, ¿no?