EsParaTraposdePapel

Historias basadas en hechos reales... e irreales.
Cualquier parecido con la realidad, es fruto de la ficción, de la fricción o de la mente mental.
Aquí , a veces, se rompe la netiqueta sobre la ironía, este blog no derrocha ironía... supura ironía.
El resto de reglas de netiqueta, valen.....de momento.
Y si no te gusta, no te nervies, que es para trapos de papel.

22 de julio de 2015

Empatía, al fondo del lodo....


  Si es que, si hay que ir, se va, pero ir pa ná.....pues esto es lo que nos imaginabamos esta tarde en el centro de salud, en el descanso (y os juro por las tijeras de Imogene King que no tomamos psicotropos), sobre cómo razonarán los espermatozoides perezosos, los pobres.
  Y realmente, no es nada divertido ser uno de ellos, sin poderte parar a ver el paisaje, con tanto viaje.
  Ir a castañazo limpio con la cuadrilla, en plan ská, para llegar el primero, a reventar el óvulo, entrar partiéndose y no tener muy claro qué va pasar después.... vaya vidita , no?
  Si hacen un cálculo de posibilidades, casi que mola más quedarse algo rezagado en la orilla del glande y ver a los demás partirse el morro por un futuro incierto.
  Ser óvulo tampoco es ninguna bicoca, pero al menos, una vez que lo eres, ningún otro óvulo va a competir contigo (los puristas de la embriología, que se pongan la manita en los labios, please) ni tienes que desplazarte por tantos sitios. Te das un garbeo por el ovario, mientas te vas haciendo "mujer" y cuando ya eres madura, sales a conocer mundo,...y casi que ni eso. Porque no recorres ni un tercio de trompa de Falopio, es decir, una minucia, y el espermatozoide ya te ha roto, y en ese momento dejas de ser tú.... ¡anda coña! como cuando nos enamoramos!!!

Pero eso, amiguitos, eso ya es harina de otro costal....

10 de julio de 2015

Batallitas de guardia: el ojo clínico y el reflejo pupilar.

Me resistía a hacer entradas en plan "enfermera/abuela/cebolleta", porque con eso constato que tengo ya una edad.Soy ya enfermera viejuna. Es una realidad ¡leche!: cuando empecé a no hacer daño a los pacientes pinchando intramusculares, ya tenía ese run-run en la cabeza. ¿Que pasa? Que como mi cabeza es macro, el run-run se evaporó entre las circunvoluciones, hizo ¡puf! y tan contenta. Hoy he leído esta batallita que narra mi querida Sonia Palencia( @_SoniaPalencia): http://enfermeradetrinchera.blogspot.com.es/2012/07/perdida-de-masa-encefalica.html y me he acordado de esta que paso a contar, en una guardia que hice hace muchos, muchos años, cuando las enfermeras lo solucionábamos todo con esparadrapo y nunca faltaba material en los almacenes de los centros de salud.... ... Nos llamaron para atender en la calle, detrás del centro de salud, a un señor de unos 60, que había caído fulminado al suelo. El médico y yo, agarramos los maletines, maletones y el ambú (que no se por qué, pero nunca está en su maletón correspondiente, y se descabala entero mientras corres desgañitada por la calle, llevando más fardos que Paco Martinez Soria por la ciudad)y salimos a salvar vidas, como los vigilantes de la playa, pero más vestidos, menos neumáticos, con los fonendos volando en nuestros cuellos y las manos enguantadas...snif! Era un señor mayor, inconsciente, y que estaba siendo literalmente cargado, en una camioneta de pescado, para llevarlo a nuestro centro de salud. Sin preguntar, el médico, los maletintes, maletones, el ambú, los fonendos y yo, nos metimos en la furgo,que parecía una piscina de caldo de pescado, y empezamos a traquetearnos hasta el PAC (punto de atención continuada), donde esperaba una ambulancia de la Cruz Roja. 3 Minutos, en los que pudimos ver alguna lividez abdominal, mal estado general en ese camarote de los hermanos Marx pseudo-sanitario con ruedas. Hicimos traslado a la ambulancia y ya allí, comenzamos a trabajar un poco más cómodos. Medir constantes, coger una vía y colocar los trastos, para emprender viaje al hospital con el señor y su hijo. La ambulancia estaba tan delicada como el señor: era una caja de hojalata, llena de esquinas dolorosas con las que ibas dejando el ADN en cada bache, que no corría a más de 80km por hora y que si pasaba de ahí se quemaba el motor. Así que el viaje fué larguito, la verdad. En estas, como el médico, se había quedado estuporoso tras dejar el parietal derecho empotrado en el cristal separador, me pidió que mirase y le contase las pupilas del paciente, para ver evolución. Como no había manera de encontrar la linterna en el sembrado de gasas, maletas, etc del suelo, miré la reactividad de manera digital: Le planté la yema del dedo en el ojo y emito mi veredicto, muy profesional y circunspecta: "pupila isocórica arreactiva" marcando mucho la "a", signo de que el paciente estaba malito, malito... y de repente oigo una vocecita, en la lejanía, desde la esquinita de la ambulancia que dice: "perdona, es que justo le has tocado a mi padre el ojo de cristal" ¡Quise morir por un segundo! No me di cuenta y le había analizado la prótesis ocular!! Atisbé a musitar, dejando huella en el otro ojo: "esta es arreactiva también", pero ya con mucha más humildad y mucha menos tontería... Al final, dejamos al buen hombre y su ojo en el servicio de urgencias del hospital, manteniendo constantes y con una gran pelea por delante. Nosotros recogimos nuestros fardos,oliendo a pescado, medio comatosos y con una vuelta dura al centro y una guardia entera al frente...pero eso es ya otra batallita, o, al menos, otra entrada...